La escasez de agua representa un desafío global muy grave. Con el crecimiento demográfico y el cambio climático, la disponibilidad de agua dulce se está deteriorando. Esta situación presenta problemas relacionados que afectan una variedad de factores: Primero, el agotamiento del agua afecta áreas críticas como la agricultura, la industria y el agua potable para las comunidades. Esto, a su vez, afecta la producción de alimentos, lo que puede provocar escasez de alimentos y precios más altos.
Los factores que están deteriorando este elemento fundamental y necesario para la vida humana son: el cambio climático que aumenta las temperaturas y disminuye las precipitaciones, por lo que se derriten los glaciares y los acuíferos reducen su capacidad considerablemente. Otras causas de este problema se deben a la mayor demanda de agua dulce debido a la superpoblación en algunas zonas del mundo o a la contaminación la cual dificulta el consumo de agua de muchas fuentes de la misma y haciéndolas inutilizables.
Las situaciones de escasez de agua suponen graves amenazas para la seguridad mundial, ya que tanto el suministro como la renovación del agua en el mundo sufre cada vez más dificultades. Por ello, el acceso a este elemento fundamental se ha convertido en una fuente de poder o, por el contrario, en una amenaza de discordia que conlleva diversas consecuencias.
En primer lugar, los conflictos que se producen y se van a producir con más frecuencia en el futuro entre estados a nivel mundial, especialmente en lugares donde el agua es un recurso limitado. En la región del río Nilo, países como Egipto, Sudán y Etiopía se han visto afectados por la construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope en el Nilo Azul, lo que genera preocupación sobre la disponibilidad de agua. En el caso del río Jordán, Israel, Palestina, Jordania, Siria y el Líbano dependen de él para sus necesidades de agua, lo que genera disputas y tensiones políticas sobre su gestión. Otro conflicto se produce entre India y Pakistán por los ríos Indo que cruzan la región de Cachemira. La construcción de presas y la gestión del agua han sido temas polémicos para ambos países.
Otro aspecto a tener en cuenta el estrés hídrico que se produce, cuando la cantidad demandada es superior a la que se puede ofrecer a las personas un estrés hídrico elevado puede tener consecuencias devastadoras para el medioambiente y dificultar e incluso revertir el desarrollo socioeconómico. 17 países de todo el mundo (hogar de una cuarta parte de la población mundial) se enfrentan a niveles muy altos de estrés hídrico. En ellos, actividades humanas como la agricultura contribuyen a consumir más del 80 % del suministro disponible cada año. Entre los países con mayor estrés hídrico están Catar, Arabia Saudita o La India.
La escasez de agua también puede suponer un profundo impacto en la salud de las personas. Cuando la disponibilidad de agua es limitada mantener la higiene personal y ambiental se vuelve difícil. Esto puede provocar un aumento de enfermedades infecciosas, como el acné y problemas de la piel, ya que una higiene adecuada depende en gran medida del agua. La falta de agua afecta la producción de alimentos, lo que puede provocar escasez de alimentos y desnutrición.
Entonces, ¿Qué medidas tenemos que tomar las personas para erradicar este problema?
Realmente no existe una solución única que acabe radicalmente con la escasez de agua, pero se podrían llevar a cabo medidas para intentar reducir este problema y disminuirlo en un futuro. Algunas posibles medidas serían informar a las personas de su consumo (que las personas conozcan cuánta agua consumen con la finalidad de concientizarlos sobre el uso de la misma y sensibilizarlos sobre la necesidad de un uso responsable). Investigar los riegos hídricos de cada ciudad (es necesario investigar y entender los riesgos de cada ciudad para saber su vulnerabilidad ante la falta de agua). Tener diferentes fuentes de agua (Pozos someros, bombardeo de nubes, construcción de sistemas de captación como presas e incluso la reutilización del agua, son algunos de los métodos). Educar a las nuevas generaciones (la educación es esencial para que las nuevas generaciones no solo se sensibilicen ante la crisis del agua, sino que aporten ideas a futuro). Dar mantenimiento a la infraestructura (Mantener una infraestructura que sea capaz de brindar agua de manera eficiente a la ciudadanía sin afectar su calidad). Utilización de tecnologías de purificación del agua (como la desalinización, sistemas de filtración avanzados y técnicas de purificación de bajo costo, puede hacer que el agua sea potable incluso en áreas con escasez).
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